REPENSAR EL SISTEMA JUBILATORIO

                          REPENSAR EL SISTEMA JUBILATORIO

Hablar del sistema jubilatorio provincial es tocar un tema tabú. Y es tabú porque desde el “progresismo” no se quieren realizar las autocríticas y desde la derecha cuando lo hablan es para directamente sacar derechos a los trabajadores y/o jubilados.

Por otra parte, otro problema que existe es la falta de información de quienes opinan, sin esforzarse en lo más mínimo en analizar y estudiar la situación.

En esta pequeña nota trataré de explicar algunas cuestiones mínimas para buscar entender el tema y pondré a consideración probables soluciones, discutibles y debatibles todas

Situación actual

Ante el avance apresurado del gobernador Pullaro (el tero, porque pone los huevos en un lugar y cacarea en otro), quién claramente se subió a la onda privatizadora del gobierno nacional y pretende arrasar con los derechos de los trabajadores, nos encontramos con una dirigencia gremial y política sin reacción que solo atinan al rechazo, pero no entienden los verdaderos riesgos que se corren para adelante.

En primer lugar, si la jugada de Pullaro se logra, es decir tocar la caja, luego se vienen un par de privatizaciones. La más importante será la EPE, pretendida por Caputo, actual dueño de la central termoeléctrica de Sauce Viejo.

En lo que compete a la caja el problema es grave: Concretamente, el proceso de transferencias de las cajas provinciales a la Nación se inició en 1992. Ese año las provincias firmaron un Pacto Fiscal que, entre otras medidas, dispuso que el Estado nacional podía descontar el 15% de los fondos coparticipables para destinarlos al pago de las jubilaciones nacionales. 

En 1993 el Gobierno privatizó el sistema previsional y cambió el mecanismo de sistema de reparto por el de capitalización (por el que cada trabajador acumula sus ahorros previsionales en cuentas individuales que pueden ser gestionadas por administradoras privadas, las AFJP).  

Luego de estos cambios, la Nación y las provincias firmaron un nuevo Pacto Federal por el cual el Gobierno nacional se comprometía a absorber las cajas de jubilación provinciales. Es decir que los jubilados de las provincias que adhirieron a ese acuerdo y los empleados en actividad que se jubilaran en el futuro pasaron a cobrar sus haberes a través de la ANSES, con las mismas condiciones y requisitos que los jubilados nacionales. 

Siguiendo este acuerdo, entre 1994 y 1997, 11 jurisdicciones transfirieron a la ANSES sus cajas previsionales: Ciudad de Buenos Aires, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán.

En tanto, en 1999 se firmó un nuevo acuerdo entre la Nación y las provincias (denominado Compromiso Federal) que, entre otras cosas, obligó al gobierno federal a cubrir los déficits de los sistemas previsionales de las provincias que no transfirieron sus recursos. Es decir que la Nación pasó a hacerse cargo de las diferencias existentes entre los aportes de los trabajadores estatales y los fondos necesarios para cubrir la jubilación de los agentes ya retirados. 

En julio de 2016, durante el Gobierno de Mauricio Macri (Cambiemos), se aprobó la ley de Reparación Histórica para los jubilados, que entre sus puntos disponía cambios en la asistencia a las cajas previsionales provinciales. 

El acuerdo condicionaba la ayuda a que las provincias armonizaran su sistema previsional con relación al nacional. Es decir que los regímenes de jubilación (en cuanto a requisitos de aportes y edad, entre otros) fueran iguales a los exigidos por la ANSES. 

Para obligar a las provincias a cumplir este punto, dispuso que los aportes nacionales serían iguales al déficit que cada caja provincial tendría aplicando los criterios de jubilación de la ANSES. Es decir que, si una provincia quería que, por ejemplo, sus empleados se jubilaran con menos años que el límite impuesto en el régimen nacional (60 años para las mujeres y 65 para los hombres) se tendría que hacer cargo del déficit extra que se generaba. 

Y allí esta el verdadero PROBLEMA: El gobierno nacional pretende privatizar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSES y también quedarse con las cajas provinciales, ergo, si los empleados públicos no tenemos en cuenta estas cuestiones CORREMOS EL SERIO RIESGO DE PERDER NUESTRA CAJA PROVINCIAL.

Los números

Si tomamos la relación activos, que son quienes aportan para los pasivos la misma es de 2 a 1. Significa que existen 2 activos financiando a un pasivo.

Si tenemos en cuenta que el aporte de los activos es del 11 % nos daremos cuenta de que jamás con esta relación podremos financiar el 82 % móvil-

Ahora bien, en cualquier sistema solidario se impone la necesidad de que esos recursos se obtengan vía impuestos de otra parte, tema que abordo más adelante,

También impone la obligación de poner en cuestionamiento y que el gobierno aclare todos los contratos en negro, basura, pagos en negro, etc que tenemos en los recibos de sueldo



Si tomamos el déficit podremos ver que el mismo es creciente exponencialmente, lo cual demuestra que estos números serán difícil de sostener en el tiempo



Otro tema para poner en discusión es los montos de las jubilaciones por sector…allí también tendremos que poner el ojo.

En el gráfico que sigue a continuación vemos claramente que existen tres sectores que están muy por sobre el promedio de las jubilaciones: el judicial, el legislativo y la EPE, Con jubilaciones promedio de $ 600.000, estos están entre 1 millón y dos de pesos de promedio por encima, lo cual lo vuelve totalmente INJUSTO



Por último, para no aburrir con datos (todos son de la caja año 2022 lo último disponible) otra cuestión importantísima a tener en cuenta es la edad jubilatoria.

Cuando la nación habla de armonización justamente hace hincapié en este tema: en algunas provincias como la nuestra algunos se jubilan a los 50 años, otros a los 57/60 (caso docentes).

Aunque parezca una tontería, en un esquema de aumento de la esperanza de vida y de la población este es un tema que debe discutirse con toda seriedad

Algunas ideas para discutir

1)    Si tomamos el presupuesto de gastos para el año 2.024 veremos que el mismo es de 4,8 billones de pesos



Mientras que en ese mismo presupuesto el déficit de la caja es dé % 145.000 millones





Si tomamos este déficit y lo comparamos con el gasto total provincial el mismo es del 2.98 %

2)    ¿Cómo podemos financiar ese déficit?

Analicemos lo siguiente: en el año 2.023 de impuesto inmobiliario la provincia recaudo $ 22.000 millones, que representa sobre el total provincial el 3,5%


Pero hace 30 años atrás el impuesto inmobiliario representaba el 30 % de la recaudación. Con los acuerdos del gobierno con la S
ociedad Rural, hoy una hectárea en la zona núcleo paga en promedio $ 300 por Há. Sería un extraordinario acto de justicia social volver al 30 % de hace 30 años atrás que representarían $ 250.000 millones estimativamente, con los cuales se podría financiar parte del régimen jubilatorio.



3)    ¿Y si buscamos por otro lado?

Otra cuestión para discutir es por qué siempre el ajuste lo pagamos los sectores trabajadores. Este gobierno no quiere hacerle pagar a los grandes contribuyentes. Si por ejemplo gravase con Ingresos Brutos las exportaciones (existe jurisprudencia al respecto) según mis cálculos se podrían obtener ingresos por



$ 140.000 millones adicionales, para entre otras cosas sustentar a los jubilados

4)    ¿Y si hacemos impuestos más progresivos?

Cuando aportamos a la jubilación la alícuota es del 11 %. Este sistema no es progresivo, porque no es lo mismo el 11 % para el que gana 500.000 (ejemplo) a aquel que gana $ 10.000.000. El peso de la carga es mucho más oneroso cuanto más bajo es el sueldo. Por ello también sería una manera de redistribuir más equitativamente la torta es la de gravar con mayor peso a quienes cobrarán una jubilación más alta, por ejemplo, una tasa del 11% aumentando hasta un 30 %. De allí también podemos conseguir mejores números para financiar a los jubilados…

En definitiva, el bienestar no se regala, se consigue y esto lo podremos logar si somo capaces de dar una discusión seria de cara a la sociedad. Para ello necesitamos dirigentes gremiales que en lugar de consignas vacías comiencen a estudiar del tema e invertir los recursos de los afiliados en poner en agenda esta discusión

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