Cuestionando el pensamiento hegemónico
"La realidad está definida con palabras.Por lo tanto, el que controla las palabras controla la realidad".-A. Gramsci
Llama poderosamente la
atención el retroceso que experimentó el pensamiento nacional en los últimos
años. Y llama también la atención el silencio de nosotros, los militantes, ante
afirmaciones realizadas por la derecha cipaya y oligárquica, que nos imponen su
pensamiento permanentemente.
La frase que acompaña
este escrito está relacionada con las continuas afirmaciones del loco de la
motosierra sobre que Argentina era el 1 país del mundo en 1890. Esta afirmación
no es nueva. Es repetida desde hace más de 100 años en todos los manuales de la
escuela. Nada decimos. Y eso es adoctrinamiento (repetido por esa derecha para
acusar a la Cámpora). Ningún docente habla. Y las palabras quedan como dagas
clavadas en nuestra memoria.
Tal como plantea Gramsci, la oligarquía siempre
utilizó las palabras y desde allí nos contó SU REALIDAD. Es hora que comencemos
nosotros a decir nuestras propias palabras y a contar nuestra realidad
Derribando mitos
El primer mito es el de nuestro espacio geográfico. Siempre
nos presentaron a nuestro país como lo conocemos ahora, sin embargo, para 1880
nuestro territorio era este
Otro dato importante
para luego analizar es la población en esa época.
Total de población en
1895 4 044 911
Cuando la oligarquía
apátrida, casada con la corona británica se transforma en colonia, comienza el
período de expansión de la ganadería para abastecer a la metrópolis. Para ello
necesitó realizar la mal llamada campaña del desierto y el exterminio de los
pueblos del norte y de esta manera ocupar las tierras que necesitaba en esta
inserción a la división internacional del trabajo.
Decir que en ese tiempo
éramos los primeros del mundo les sirvió para hacer de nuestro país, un país agrícola
ganadero y obturar todo desarrollo industrial. Pero la cosa aún va más lejos,
porque esta afirmación fue utilizada luego para atacar todas las políticas
nacionales que apuntaran a la industrialización del país.
Hoy, en la nueva
división internacional del trabajo, Argentina tiene un rol estratégico por sus
riquezas naturales (litio, agua, alimentos, energías) y la pretensión de estos
cipayos es entregar las mismas como lo hicieron a principios de siglo pasado.
Los datos que refutan el discurso dominante
Es de suma importancia aclarar que los registros históricos sobre datos económicos no existen, o los que existen son de dudosa procedencia. Es decir, estamos con bases de datos muy precarias, por lo tanto, todas las afirmaciones de economistas de derecha son interpretaciones hechas al tun tun, sin bases comprobables.
Existe una base de datos
de antes de 1900 en donde Argentina figuraba en el puesto N 13.
Vemos claramente que
siempre estamos por debajo de EEUU con respecto al PBI (GDP en inglés)
Como quiero ser
coherente con el planteo, agrego otra información de la comparación entre
Argentina y Australia, donde podemos nuevamente corroborar que estábamos abajo
en PBI por persona
Vamos por otro
A esta altura resulta más que evidente que el mito de ser los primeros se cae por sí solo.
Ahora bien, resulta preciso aclarar que el PBI per cápita no es una medida concluyente delbienestar de las personas.
Si tomamos la población existente en aquella época es obvio que nos dará un alta PBI per cápita, pero ello no contesta cómo estaba repartido el mismo. En este gráfico se observa que el costo de vida estaba por encima de los salarios
En aquel momento
existía una oligarquía parasitaria, que miraba y viajaba a Europa a costa del
hambre del pueblo.
La mayoría de la
población no tenía derechos sociales, trabajaba en condiciones infrahumanas, en
condiciones de esclavitud, enfermedades, etc. De hecho las crónicas de la época
así lo narran
Desde el Martín Fierro
se denuncia esta situación de injusticia social:
Él anda siempre juyendo,
siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido,
como si juera maldito,
porque el ser gaucho… barajo!
el ser gaucho es un delito.
Contra el discurso hegemónico
Debemos empezar a
utilizar la palabra, nuestra palabra, para describir la realidad de nuestro
país y cuestionar fuertemente este adoctrinamiento que viene desde la escuela de Sarmiento. Mientras ellos tengan la palabra, la batalla cultural está perdida
Comentarios
Publicar un comentario