Radiografía de la entrega: las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas
Cuando hablamos de economía muchos, por no entender el tema, dan vuelta la
página y pasan de largo. En este pequeño informe trataré de que podamos entender
cómo funciona la economía en general y como funcionó el modelo económico en
nuestro país a partir de la inserción plena de Argentina en la división
internacional del trabajo.
Intentaré ser didáctico y enfocar la cuestión no
desde lo numérico, sino de las batallas culturales y políticas que se dieron,
aunque lo numérico acompañará el trabajo como fundamento a las afirmaciones aquí
vertidas.
En general el modelo agro exportador nos convenció de las “bondades de
exportar”. Pero no exportar cualquier cosa, sino fundamentalmente productos
primarios. De allí el famoso “granero del mundo” o el campo es el que produce.
Frases que constituyen una verdadera simbología y caballos de troya para la
penetración cultural.
Todo este cliché económico fue además adornado con otros
“principios” rectores de la política económica. Reducir el Estado para achicar
el déficit fiscal, la inserción de nuestro país en el mundo mediante la
atracción de las inversiones externas y la buena connivencia con los organismos
de crédito internacionales (FMI, Club de París, banco Mundial) mediante la deuda
externa y como corolario la fuga de divisas que deja atrapado al país y su gente
en un laberinto sin salida, subordinando toda nuestra soberanía a los dictados
del establishment (recomiendo buscar en este blog y leer los cuatro artículos
sobre oligarquía y establishment acá
https://delotroladodelamechaa.blogspot.com/2021/03/la-oligarquia-y-el-establishment.html).
Todo este combo impone al país un modelo económico de explotación desmesurada de
sus recursos naturales basado en las exportaciones, obturando el desarrollo
industrial, destruyendo trabajos y generando altos índices de pobreza
La
principal manera de atarnos la soga al cuello: el comercio internacional
Para
evitar caer en trampas ideológicas, aunque de eso se trata este escrito, tomé
una serie larga del comercio exterior argentino. El comercio exterior está
formado básicamente por las exportaciones, que es lo que le vendemos al resto
del mundo y las importaciones que son las compras al resto del mundo. El saldo
es la diferencia entre las dos. Veamos que pasa al mirar esta serie desde el año
1990 al 2020.
Mirando el gráfico nos damos cuenta que en los periodos
neoliberales el saldo es negativo. Esto significa que al país le empiezan a
faltar dólares para poder comprar los insumos necesarios para su industria. Esta
falta de dólares es incentivada por los gobiernos neoliberales, quienes
paralelamente abren o flexibilizan la entrada de productos importados, lo cual
realimenta la escasez de dólares, que compensan con endeudamiento externo, que
tienen un doble objetivo; a) generar las condiciones políticas para la
injerencia del FMI y aplicar las políticas de dominación requeridas por un lado
y b) reprimarizar la economía y volverla una de carácter pastoril, proveedora de
alimentos básicos.
Observamos que el saldo o la diferencia entre lo que vendimos
y lo que compramos en estos 110 años es de U$s 192.889.353 millones de dólares.
Realmente una torta de dinero muy grande, equivalente al menos a la mitad del
PBI (es todo lo que se produce en un país en un año) de un año de nuestro país.
Pero estos datos nos llevan a al menos dos preguntas fundamentales: 1) Qué paso
con toda esa plata, donde está, cómo se ve reflejada en el aumento del
bienestar? Y 2) si las exportaciones son lo mejor, cómo explicar que en 110 años
hayamos exportados solo la mitad de lo que somos capaces de producir?
Esto se
explica por un viejo concepto de economía, al que parece que nuestros
economistas mediáticos olvidaron: La relación real de Intercambio (RRI) es el
cociente entre el precio de las exportaciones y el precio de las importaciones
de un país, todo expresado en una misma unidad monetaria.
La relación real de
intercambio (RRI) busca reflejar la posición que tiene un país en el comercio
internacional y cuánto se beneficia de la venta de sus productos. De esta forma,
se supone que cuanto mayor sea el precio relativo de las exportaciones (más alto
sea la RRI) el país obtendrá mayores ganancias del comercio exterior.
Esto, ya
que sus productos son relativamente más valiosos que los que compra a otros
países a través de las importaciones. En términos criollos el índice de
intercambio muestra cuánto valen las exportaciones en relación a las
importaciones. O dicho de otra manera, cuánto es necesario vender al exterior
para seguir comprando las mismas cantidades.
Si analizamos este gráfico nos daremos cuenta que siempre las exportaciones acompañan los precios de las importaciones, pero incluso en algunos periodos esta brecha se agranda, lo que quiere decir que cada vez necesitamos más exportaciones para comprar lo mismo del exterior. Esto sucede en países como los nuestros que como exportamos fundamentalmente productos con poco valor agregado y ante los avances tecnológicos de los países desarrollados, cada vez las necesidades de ventas al exterior crecen con respecto a las cantidades que se pueden comprar. Si miramos detenidamente el cuadro vemos que la brecha entre exportaciones/importaciones siempre se mantiene en las mismas proporciones, pero con tendencia creciente en los precios. Así vemos que el índice de los precios de las exportaciones empieza en 65 (aproximadamente) y al cabo de estos 40 años termina en 170. Pero las importaciones arrancan con índices de precios de 160 y terminan 300. Es decir la brecha se agranda a medida que pasan los años.
Paralelamente si tomamos las
exportaciones y desagregamos en sus cantidades vemos que nuestra economía se ha
vuelto una economía primaria. Esto significa que pasamos a ser exportadores de
productos con poco valor agregado. Veremos que desde el año 2000 crecen las
exportaciones primarias o de origen primario y decrecen las exportaciones de
origen industrial. También se observa la baja en las exportaciones de energía en
todas sus formas, lo que se explica por el crecimiento a partir del 2003 de la
economía y el intento de reindustrializar el país, con el modelo kirchnerista.
En la tabla que sigue vemos los números y notamos que crecen las exportaciones de productos primarios, se mantienen las manufacturas de origen agropecuarios y decrecen los productos industriales. Y a se percibe el descenso de las exportaciones de origen industrial en los últimos años a causa de las políticas neoliberales, en donde la disminución es del orden del 50 %.
El discurso neoliberal
propagado por los medios del establishment insisten con la integración al resto
del mundo. Bajo ese pretexto, con el que corrían a CFK, promueven la instalación
en el país de las inversiones extranjeras. Lamentablemente muchos “compañeros”
se enganchan en este discurso. Parecería que algunos jamás leyeron Política
Británica en el Río de la Plata de Scalabrini Ortiz o Las Venas Abiertas. Nombro
a estos dos porque son los que más trataron este tema, pero desde siempre el
pensamiento nacional fustigó a quienes promovían este tipo de inversiones.
Para
no quedar como petulante presento información de las inversiones externas y con
ellos podemos corroborar de qué manera nos siguen atando la soga al cuello.
En
14 años ingresaron divisas por 58.806 millones de dólares, pero se fueron en
concepto de regalías 248.090 millones de dólares, lo que arroja un saldo
negativo de 190.174 millones de dólares, equivalente al saldo comercial
(exportaciones menos importaciones) de 110 años de comercio internacional (1910
al 2020).
Y allí se empieza a descubrir la gran mentira del modelo de factoría
del país, puesto que los ingresos por ventas al exterior (exportaciones) así
como entran se vuelven a fugar entre otros mecanismos, porque quienes manejan
este comercio internacional son grupos económicos transnacionales que vienen a
expoliarnos.
El cuadro que sigue a continuación solo muestra el desagregado de
la información anterior y sirve para ver que no existe un solo año en dónde
tengamos un saldo positivo
Pero además muestra algo mucho más preocupante. Vemos que en los años neoliberales, dónde con toda mala intención, los controles a los envíos de remesas al exterior son más laxos y flexibles crecen los saldo negativos, aún a costa de un país que se empobrecía y generaba más pobreza. Por otra parte también se ve claramente que en los años que el país crece a ritmos elevados, como el periodo 2009/2013, también aumentan los envíos al exterior de manera considerable. Esto nos plantea un interrogante profundo: sólo alcanza con los controles tradicionales para frenar esta fuga de divisas o deberemos pensar en nuevas formas de limitaciones?
Deuda Externa: la frutilla del postre y el
ajuste final de la soga
Dice el poeta “solo hay que saber mirar”. Y con solo
mirar este gráfico nos daremos cuenta del porque los gobiernos cipayos nos
endeudan, desde Rivadavia a la fecha y porque el peronismo no quiere saber nada
con la deuda con el FMI
Y prestar mucha atención a la relación deuda/PBI. Porque
nos muestra que cuando crece la economía esa deuda se diluye, representando un
porcentaje bajo del PBI. Cuando la relación deuda/PBI aumenta, crece la presión
por las devoluciones de capital e intereses. En el 2004 representaba 118,1% del
PBI, lo que significaba que si los argentinos dejábamos de comer un año entero,
no consumíamos nada de nada, así y todo no alcanzábamos a pagar toda la deuda.
Luego con los acuerdos de Néstor disminuye el peso de la deuda
considerablemente, hasta que comienza nuevamente a aumentar con MMLPQTP.
En los dos gráficos que siguen trato de mostrar la magnitud del endeudamiento, que significa que realizaremos pagos por capital e intereses hasta el año 2043 al menos.
La deuda Interna: la que duele
Podría seguir aportando datos de otras variables, como el saldo de los pagos por servicios, lo cual mostraría con números la imperiosa necesidad de la estatización de la mal llamada hidrovía y la necesidad de solucionar urgente el tema del comercio internacional.
Pero la intención del presente trabajo es la de mostrar como las políticas neoliberales y el modelo de país factoría nos convierten en deudores seriales del exterior, poniéndonos una pata permanentemente sobre la cabeza que nos impide crecer.
Tomaré dos o tres variables. En primer lugar la participación del ingreso de los asalariados. En economía el PBI es lo que produce un país en un año. Todo el dinero que genera esa producción luego se reparte de dos maneras: o pagando ganancias a los capitalistas o pagando salarios a los trabajadores. Esta es la famosa puja distributiva. Veremos en el gráfico que sigue cómo fue esa puja y encontraremos explicaciones del porque el peronismo es tan odiado por el establishment.
Conseguir información de este tipo en series largas es bastante complicado, por ello presento dos cuadros. Uno abarca desde 1950 al 2006 y el otro el periodo Kirchnerista
El primero es de la CEPAL. Allí podemos ver claramente cómo en los gobiernos peronistas crece la participación de los asalariados en la distribución del ingreso, llegando en ambos periodos al 50 % del mismo. Esto genera el odio al peronismo por parte de los sectores reaccionarios y de la clase media aspiracional. Porque no es solo un problema de plata. El problema cultural radica en que a los oligarcas y al medio pelo les molesta sobremanera que los “negritos” o los “cabecitas” accedan a los mismos bienes que ellos, que se pongan ropa de marca, que tengan celulares de alta gama, que puedan ir de vacaciones a los mismos lugares. En fin, les molesta el ascenso social y eso no se lo perdonan al peronismo.
En el que sigue muestro años posteriores
Vemos como comienza la caída con los gobiernos neoliberales hasta el 2003 donde alcanza su mínimo y luego una recuperación hasta llegar al 40 % durante otro gobierno peronista. No hacen falta más comentarios del odio a CFK. Lo triste es que algunos llamados peronistas aún reniegan de esta realidad.
En los gráficos siguientes muestro las tendencias en la pobreza, lo cual nos permite ver claramente como en los periodos neoliberales la misma crece.
Vale la pena remarcar algunas cuestiones: a) en los periodos de crisis sube la pobreza. Vemos en la serie el 88/89, sigue creciendo con el gobierno entreguista y liberal de Menem y alcanza su pico en la crisis del 2001. Esto demuestra que mientras el país, es decir su gente, se empobrece, algunos la pasan muy bien y b) que estas crisis elevan la pobreza, pero paralelamente la misma siempre se va situando en niveles más alto que en periodos previos. Al observar el gráfico notamos que de un 10 % (aproximado) con lo que se parte en 1983 comienza a subir y aún con gobiernos populares no se la logra bajar a los mismos niveles, por el contrario, siempre se sigue ubicando por arriba del 20 %, lo cual significa que estos gobiernos neoliberales no solo nos hacen más pobres, sino que en el largo plazo recuperar posiciones anteriores parecería una tarea irrealizable
En el último gráfico muestro la evolución de los años del capitán reposera que corroboran lo anterior
Como dice el título, las penas son de nosotros. La inmensa tarea militante que nos toca es de informar y formar sobre estas cuestiones que no son económicas, sino políticas y explicarle a los sectores populares que este modelo es inviable y que siempre nos llevará a la ruina. Otro aspecto a considerar es el prepararnos para que en el gobierno se puedan enfrentar a estos sectores del establishment , logrando alianzas con todos los sectores que aún no compartiendo “el populismo” son del campo nacional
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