EL CIELO PUEDE ESPERAR... Y el covid también.
Y llegó. Estuvo picando al lado el año pasado. Zafé. Pero uno no puede vivir zafando. En algún momento la ficha cae en tu casillero. Ese bichito de miércoles quiere aumentar las estadísticas y no respeta vacunas, protocolos, aislamientos ni nada cuando avanza. Y hoy 12/05 me avisan del COVID positivo. Y ahora qué?
Debo confesar que soy creyente, pero no un creyente cualquiera. Soy un creyente polémico, cuestionador, discutidor. Un cristiano severo e implacable con la injusticia. Por algo en el catecismo me entusiasmaba el evangelio cuando Jesús echa a los usureros. Me regocijaba pensar que esos buitres alguna vez tuvieran castigo. Y cuando defiende a Magdalena de los moralistas de bragueta abierta. Justicia. Pura justicia y por ser el hijo de Dios era una sensación de bienestar única. Y cuando convierte el agua en vino. Porque además de justiciero, el tipo era alegre. Le gustaba la joda. Como a todos los humanos. Y en Argentina y en aquellos años el vino era la bebida popular, por lo tanto este cumplía con creces mis expectativas: Justiciero y popular. Pero había otra lectura que me terminaba de convencer de la grandeza del Flaco. Cuando multiplica los panes y pescados. Me acordaba de tantos compañeros de mi querida escuela nacional. Hijos de obreros del surco y la industria, con sus ropas raídas, que disfrutaban el cuili (término utilizado en el norte para el mate cocido sin leche) y sus caramelos caseros hechos con azúcar o melaza. Pucha que acto de justicia extrema que esos pibes y sus familias tengan una comida digna. Sí, no cabían dudas. Además, el Flaco, era peronista.
Obvio que en el adoctrinamiento me quedo grabado aquello que Dios nos conoce a la perfección. Y allí empieza esta historia. Porque si El me conoce, sabe perfectamente bien que soy tano con sangre española, terco y duro como la piedra. Desde que empecé el domingo con los síntomas de la peste no tuve miedo. Como creyente sé que uno se va cuando llega su tiempo. Por lo tanto no queda mucho librado a nuestra voluntad. Eso sí, todas las noches al rezar le planteo esto al Barba: Si crees que mi misión en la tierra está cumplida, que se haga tu voluntad, pero ojo, en el cielo seguro armo una básica con los que están arriba.
Y todas las noches le impongo mis condiciones, como Escribano a Néstor. Si hacemos la básica no vamos a aceptar la destrucción del medio ambiente, aunque podemos negociar que la tierra dure menos si los obreros ganan muchos más.
Inclaudicable seremos si seguís aceptando los femicidios. Marchas hasta tu altar con antorchas y tapamos las estrellas por unos días. Si siguen masacrando a los palestinos y a miles de poblaciones PARO GENERAL.
No queremos más FMI. Te podemos conceder unos años más de liberalismo, pero sin EEUU, ONU, OEA y Unión Europea. Caso contrario: Barricadas
No te vamos a pedir que mates a los oligarcas y traidores. No. Eso no es de peronistas. Pero sí te vamos a exigir que al menos un día en su vida, sufran las mismas penas que los explotados y olvidados por ellos.
Luego van una serie de exigencias menores, como que Macri devuelva lo que se robó, que la comunicación sea un bien social, que el pueblo coma todos los días y sea feliz, que la educación sirva para la liberación del pueblo, que los jueces algún día paguen impuestos, que la justicia castigue a los explotadores, etc.
No sé si me está escuchando, pero como es Todopoderoso sabe una cosa. Si no acepta me debe mandar al infierno. Y ese sería su final. Porque en el infierno los convertiremos a todos en PERONISTAS Y allí desaparece el MAL, porque los mejores días fueron, son y serán peronistas.
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