OLIGARQUIA Y ESTABLISHMENT (2DA PARTE)

                             




  OLIGARQUIA Y ESTABLISHMENT

2 PARTE

Del Estado de Bienestar a la Globalización

Causas Objetivas que dan lugar a la Globalización

Sobre la base de la crisis capitalista de los años 70 tendrá lugar una profunda transformación que da origen a lo que luego se denominó globalización.

Si bien no es objeto de estudio del presente trabajo, vale la pena desarrollar sucintamente, las características principales del Estado de Bienestar y algunas causas de su crisis, para poder ubicar mejor el tema.

ü  La globalización del capital: La expansión del capital más allá de las fronteras nacionales, para lograr economías de escala, requisito básico del Fordismo, genera paralelamente la incorporación al escenario mundial de nuevos países, que fundan su competencia a partir del proceso de precarización del trabajo llevándolo a condiciones casi de esclavitud en algunos casos, deprimiendo la demanda y poniendo en situación desventajosa a aquellos países y empresas que invertían fuertemente en protección social para sus trabajadores

ü  Los avances tecnológicos en materia de microelectrónica, informática y telecomunicaciones cambiarán los hábitos de consumo, organización y producción del conjunto de actores y territorios.

ü  Los avances descriptos anteriormente cambian el comercio internacional. Ya no sólo se mueven mercaderías, sino servicios y capitales, con mucha velocidad. En este contexto son las empresas transnacionales las que más presionan contra cualquier tipo de intento proteccionista o regional

ü  El avance en materia científica en el campo de la medicina, que prolonga la “vida útil de los individuos” genera relaciones inversas entre aportantes y usuarios de los regímenes de cobertura social, provocando déficits presupuestarios a los estados nacionales

ü  La flexibilidad de los procesos laborales que deja al descubierto, al menos en nuestro país, un sistema educativo obsoleto, que no permite la incorporación de mano de obra con nuevas aptitudes.

ü  La globalización genera nuevas pautas de consumo. Ya no es válido vender lo que se produce, sino producir lo que se vende y el tipo de organización fordista no permite esta rápida adaptación por varios motivos: organización piramidal, burocrática, descoordinada, etc.

Resulta interesante con respecto al análisis de la crisis, el pensamiento de Manuel Castells  “Aunque es multidimensional y diversificada según los países, se manifiesta en tres aspectos principales: ”

a)    “Crisis presupuestaria de las finanzas públicas derivada de la distancia creciente entre la capacidad contributiva y las obligaciones retributivas del sistema.

b)    Crisis de competitividad económica, en la medida en que en una economía global cada vez más integrada aquellas empresas y países que asumen costos sociales mucho más altos se ven estructuralmente disminuidos en su capacidad de competir en los mercados mundiales…

c)    Crisis de legitimidad derivada de la pérdida de apoyo social y político al Estado de Bienestar”

Luego agrega “Si bien el triunfo del discurso ideológico neoliberal no consiguió en el corto plazo un recorte sustancial en las prestaciones sociales, si contribuyó a deslegitimar las instituciones del Estado de Bienestar, preparando el terreno para reformas estructurales…. Lo que no es evidente es que la consecuencia de dicha crisis sea el desmantelamiento del Estado de Bienestar”

Lo que vino después….

Es posible a esta altura realizar una distinción fundamental entre la globalización como un proceso de acumulación o hablar de la globalización como una ideología.

Con respecto a la globalización como proceso de acumulación, podríamos decir que se trata de una serie de tendencias y de nuevas realidades promovidas por el cambio en las condiciones materiales de una nueva fase capitalista.

Según Ramiro Fernandez (Intervención Política, Capacidades Estatales y desarrollo Regional - Revista de estudios Sociales Nº 17) " en esta reestructuración convergen tres aspectos fundamentales

a)    La globalización, entendida como una economía que funciona en tiempo real como una unidad en un espacio mundial (para el capital, la gestión, el trabajo, la información, la tecnología o los mercados)

b)    La revolución tecnológica, centrada fundamentalmente en las tecnologías de información y

c)    Los procesos de flexibilización, que abarcan tanto el desarrollo de equipos como los procesos y las relaciones de trabajo.

"Cuando observamos el funcionamiento articulado de estos tres aspectos, encontramos que las tecnologías de la información y la flexibilización de equipos y procesos se han combinado para actuar dando respuestas a una demanda internacionalmente cambiante y fuertemente diversificada, que opera para muchos como causante de la crisis de la producción en masa y a su vez como condicionante de su salida". (Fernández Ramiro, Ob. Cit )

En este nuevo escenario, se desarrolla una corriente de pensamiento, en donde se plantea que ya no está en crisis el Estado de Bienestar, sino el estado - nación mismo. Se trata de un cambio cualitativo que cuestiona el concepto de nación misma.

Así como en el siglo XIV, comienza a desaparecer el Estado - feudal y se comienza a gestar el Estado - Nación, esta corriente de pensamiento sostiene que lo que se está gestando en la actualidad es una unidad territorial más amplia y de carácter supranacional: los estado -. Región.

El crecimiento de las transacciones y las conexiones entre las organizaciones, cruzan los límites nacionales y son la piedra angular de la globalización. Las exportaciones e importaciones crecen velozmente, crecen las inversiones extranjeras directas tan rápido como el comercio.

Ya no se trata de un intercambio de bienes entre sistemas productivos nacionales, sino de flujos de bienes dentro de redes de producción globalmente organizadas. Los procesos de producción tienen lugar en distintos espacios territoriales. Los estados pueden hacer atractivos sus territorios, pero su inclusión o exclusión dentro de las redes globales, depende de los actores privados.

El acceso al capital y la tecnología dependen de alianzas estratégicas con quienes controlan las redes globales de producción.

Los grupos transnacionales (GTs) lo que no han descentralizado es el poder decisorio. Si se tiene en cuenta este aspecto, las pequeñas empresas, seguirán subordinadas al capital global. Esto no es un banquete, donde todos estamos invitados a participar. Solo podrán ser invitadas a participar algunas regiones, cuando los grupos de capital transnacional lo consideren adecuado para sus intereses.

Por último, es importante tener en cuenta, para nuestro país, de qué manera fue la organización institucional, con una amplia dependencia del interior con respecto al centralismo porteño y con una fuerte dependencia cultural y económica de las capas dominantes a la influencia externa.

Bajo estas circunstancias conviene ahora sí penetrar en el nudo del conflicto; nudo que determina que esta globalización no es aséptica, sino conflictiva, que no pone a todos los actores en el mismo plano, porque en donde los GTs, hiper reconcentrados, ocupan espacios territoriales a partir de ventajas selectivas, que agravan la situación en las regiones periféricas no se puede pensar que éstas se desarrollarán en forma pareja y horizontal por propia voluntad.

Si observamos las empresas controladas por cada grupo en las diferentes provincias se puede determinar la importancia o incidencia de los grupos o conglomerado económicos en cada jurisdicción. Así, por ejemplo, en la rama papel y cartón, la provincia de Jujuy detenta el 10% del valor de producción total del país. Pues bien, esa importante participación se debe a la producción de papel del Ingenio Ledesma que es propiedad de la familia Blaquier.

La Globalización como Ideología

La globalización como ideología se produce cuando los sujetos y actores principalmente beneficiados que la impulsan la asocian con la interpretación que racionaliza sus propios intereses como universales y válidos para todos los sectores. Interpretación en la cual la competitividad aparece como la teleología en la que deben justificarse las principales medidas. En este marco, el Estado y cualquier intento de regulación de los mercados son demonizados, al mismo tiempo que la política adopta una visión negativa pero funcional, una suerte de caja de conversión de legitimidad para ese mercado autorregulado.

La política queda encerrada dentro de la ideología del Establishment, que asimila los requerimientos de la globalización a sus propios intereses. Una situación en la que, bajo la apariencia de la no intervención estatal y con el justificativo de la libertad de los mercados, se interviene y toman decisiones, dirigidas a beneficiar a unos pocos y a consagrar reglas de juego, que muestran como irreversible la escisión entre competitividad y cohesión social.  Esta concepción ideológica de la globalización, se asimila al concepto de visión fundamentalista, donde desaparece cualquier posibilidad de adoptar políticas que contradigan las expectativas de los actores hegemónicos de la globalización, fuera y dentro del país.

La globalización aparece así como una coartada para implementar reformas que la sociedad rechaza. "Estamos obligados" es el discurso que se escucha y muestra el debilitamiento de la voluntad política. Los teóricos del liberalismo conocen muy bien los límites del mismo, los que parecieran no conocerlo son los políticos y los medios y por eso el liberalismo se convierte en ideología.

Por todo ello, hablar de la crisis del Estado - nación como consecuencia de la globalización, significa analizar y profundizar la importancia de los cambios, el lugar que le corresponderá a ese Estado y cómo afectará ese cambio a nuestro país.

Para muestra alcanza un botón. Haciendo un poco de memoria

 

Es importante, como reafirmación del punto anterior, realizar una mirada a la historia de nuestro país. Desde ya se debe señalar y el hecho es de vital importancia, que aquí en América Hispana el liberalismo penetró más que como ideología progresista como reflejo residual de la evolución liberal europea. Y en estas tierras, ese liberalismo, de un lado fue copia y del otro, en tanto ideología de la Europa colonizadora, un medio de opresión y dominio envasado tras el rótulo de la libertad, democracia, progreso, disciplinamiento, homogeneización.

Por eso, al tomar hechos ocurridos en distintos periodos, pero bajo la mirada del hilo conductor de la historia, a los mismos hay que entenderlos en el marco de la trama desplegada por los imperialismos y llevada a la práctica por las clases dirigentes, mediante recetas e ideas importadas. De este modo, veremos que a los relatos sólo se le podrán cambiar circunstancialmente el nombre de los personajes y los países y algún que otro dato, pero los resultados serán los mismos: atraso y miseria para el pueblo. Veamos un ejemplo

El primer empréstito y la deuda externa actual

" Del empréstito de un millón de libras esterlinas tomadas por el gobierno de Buenos Aires (1824 - presidencia de Rivadavia), la Argentina recibió 570.000 libras, no en oro como se establecía, sino en papeles. Se recibió el préstamo en papeles y se lo pagó en oro. Es decir que ese primer empréstito representa una riqueza que se llevó de la Argentina a Inglaterra, no una riqueza inglesa que se trajo a Argentina…a cambio de la ilusión de un puerto, de pueblos y de agua corriente, aparece la obligación de enfeudarse al extranjero, inexcusablemente, por imperativo legal. De más está decir que ni se construyó el puerto, ni se fundaron pueblos, ni se surtió de agua corriente a la población…Las tierras públicas han quedado hipotecadas, es decir enajenadas por el mismo acto…El único resultado visible y comprobable del empréstito fue el de detener el desarrollo de los pueblos, que es posiblemente el objetivo primordial de la diplomacia inglesa…" ( R. Scalabrini Ortiz - Política Británica en el Río de la Plata).

¿Cuál es la diferencia con la actual deuda externa?

En el año 1976 la deuda externa era de 6.000 millones de U$s. Hoy se estima en 300.000 millones de la misma moneda.

Situación que condiciona a cualquier gobierno a fijar políticas autónomas. Ahora la pregunta sería: ¿quién está más condicionado? ¿El deudor o el acreedor si quiere cobrar? ¿Por qué en nuestro país nunca se estudió el origen y destino de la deuda? ¿Cuál es el motivo por el cuál nuestra clase dirigente no asume con valor los riesgos necesarios para romper esta lógica?

Las diferentes maneras de atarse la soga al cuello

Si repasamos nuestro pasado veremos:

§  que el comercio internacional (con su intercambio desigual),

§  las inversiones directas y

§  los empréstitos (con sus altas tasas de interés) son las tres patas principales sobre las que se asentaron las diferentes formas de dominación.

En las diferentes etapas alguno fue más importante que otro y la primacía de cada uno de ellos definió las características particulares del momento histórico que se vivía.

"Para pagar la deuda externa hay que exportar más, esa es la advertencia que nos hacen los acreedores. Pero, más resulta que, a través de diferentes mecanismos los GTs y los acreedores controlan esos mercados, transformándose en un barril sin fondo y esto debido a que:

ü  Los GTs controlan el comercio exterior, controlando fundamentalmente las redes de comercialización

ü  Los países centrales " pelean " los mercados subsidiando sus productos, mientras

ü  nos presionan con la apertura de la economía, ellos protegen sus mercados.

 

Las consecuencias

No se trata de reducir la globalización a un mero fenómeno común. El estudio exacto y riguroso de la historia permite situar de manera correcta su estricta dimensión para no confundir lo fundamental con lo accesorio. Ahora se envuelve a la humanidad en el manto general de una globalización sin matices, que cubre a todos, que tiene muchas contradicciones y en nombre de la misma se omiten diferenciaciones fundamentales.

 

La primera distinción que se olvida es consustancial a la vida en sociedad y se trata de las relaciones de fuerza. En esta globalización parecen no existir dominantes ni dominados, como si el carácter político fuera inexistente. Hoy por hoy pareciera que no rigieran otros criterios de justicia que los ya conocidos en la era del imperialismo.

 

Otra generalización que disfraza una realidad es el hablar de la globalización en singular. Es indispensable diferenciar la globalización geopolítica, religiosa, científica, tecnológica, cultural, comercial, financiera entre otras; cada ámbito de globalización tiene su propia naturaleza y repercusiones. Cuando se leen los diarios se habla lisa y llanamente de la globalización financiera, cuyos protagonistas son los grupos financieros internacionales y cuya lógica económica es la ganancia por sobre cualquier factor, aunque esto signifique la desaparición física de muchos hombres, sumidos en la pobreza y la marginación.

Creo que, si la globalización es analizada bajo esto parámetros, desnuda su verdadera naturaleza. Se ha señalado el carácter tecnológico que tiene esta globalización, pero no se ha puesto suficiente énfasis en subrayar que el orden económico ha condicionado a lo moral y a lo político. Todo se justifica si es acompañado de ganancias. Y esto es el resultado natural de la no aceptación de los límites o de una inversión de los órdenes. Las consecuencias, entre otras son: ataque al sentido nacional, desintegración estatal y destrucción de la integración social y económica.

El ataque al sentido nacional

En la actualidad se pretende persuadir acerca de que el nacionalismo es anacrónico. El nacionalismo unificador no lo es y no lo será hasta que los países pobres no sean libres para ejecutar sus proyectos nacionales o para aplicar las políticas necesarias para erradicar la extrema pobreza. Desgraciadamente no somos una nación libre. Las cifras estadísticas nos muestran que en la década del ochenta el crecimiento económico fue negativo para Hispanoamérica. Gran endeudamiento, que no hubiese sido tan grave si los gobiernos formaban un club de deudores para negociar esta deuda en otros términos con la banca internacional. Club que sí formaron los países acreedores. Esta debilidad provoca el control permanente por parte de los acreedores de nuestros presupuestos y así de esta manera en forma irracional se priorizan los intereses de los organismos financieros a los de la nación. Subordinamos nuestros presupuestos a cumplir con las metas para obtener más créditos en lugar de privilegiar inversiones, por ejemplo.

La idea de nación sigue siendo una guía a la hora de pensar y ejecutar políticas. Sin la misma las políticas carecen de sustento.

El debilitamiento del estado

La globalización apunta a la desintegración del estado. Sería ingenuo pensar que esto es un efecto no deseado. Lo que se trata de determinar es en donde residirá el poder real.

El estado es fundamental en los países latinoamericanos. Cuando se propone debilitar el estado, en realidad se define quién detentará el poder. De lo que se trata es pasar el poder al mercado. Dejarlo en manos de los grupos económicos, que avanzan sobre el poder político. Se conforma de esta manera una democracia formal, vacía de contenido. Se vuelve al antiguo régimen. A la década infame. Y por último se corre el serio riesgo de la desintegración nacional

Desintegración Social y Económica

            Otra grave consecuencia de la globalización en su versión neoliberal, con el avance de la economía sobre la política y la moral, es la exclusión social y económica. Aunque la ortodoxia liberal pregone los beneficios de los equilibrios - fiscales, de precios, externos, entre otros- la política económica privilegia los resultados económicos por sobre los objetivos políticos y morales de la equidad social.

            Uno de los avances más importantes de la humanidad fue la paulatina incorporación de población al trabajo y consumo. También fue preocupación principal de la humanidad lograr la igualdad social. Hoy vemos como se asiste al reparto más desigual de la riqueza, con amplios sectores segregados y excluidos de las condiciones mínimas, tolerable por cualquier persona de bien.

            El mercado y su ideología nos presenta como única alternativa una sociedad fragmentada, individualista, centrada en el yo. El interés individual es el organizador de la conducta humana en sociedad. La primacía de lo individual, la importancia del consumo personal e inmediato, la falta de culpas ante el egoísmo, debilitan seriamente los hábitos de solidaridad y cooperación.

                                                                                       continuará....

Juan Ignacio Pividori

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