Lula: El lawfare al palo

 

     Lula: el lawfare al palo



El término inglés lawfare, cuya traducción habitual al español es imprecisamente realizada como guerra jurídica o guerra judicial, es una expresión inglesa cuyo uso se ha generalizado a partir de la primera década del siglo XXI, ​ para desacreditar la utilización de instancias judiciales alegando uso abusivo de los procedimientos legales nacionales e internacionales, los cuales manteniendo una apariencia de legalidad, buscan provocar repudio popular contra un oponente. ​ El lawfare permite obtener diversos resultados, desde detener indebidamente a los adversarios políticos, paralizar financieramente y desprestigiar oponentes, hasta debilitar o deponer gobiernos. ​ El lawfare se relaciona y suele coincidir con el fenómeno del golpe blando, una forma de acceso indebido al poder político sin utilizar las fuerzas militares, manipulando las divisiones internas de las sociedades, las redes sociales y los medios de comunicación. Es importante aclarar que este lawfare se da en concordancia con la actuación sincronizada de los medios hegemónicos, que actúan como pata publicitaria y formadora de masa crítica a favor del poder económico

Si nos atenemos a estos conceptos, queda claro que Lula fue sujeto de lawfare. Pero si miramos un poco más arriba, podemos observar que este mecanismo se reprodujo en el resto de Iberoamérica. En el caso de Bolivia como el lawfare no alcanzó, tuvieron que recurrir al golpe institucional, similar a lo que pasaba en el siglo pasado.

Es común observar en los sectores burgueses y en algunos sectores populares una visión corta, chicata del problema, que la prensa hegemónica y los verdaderos dueños de la argentina tan bien saben ver y acicatear para ponerlos contra cualquier proceso popular, que luego se traduce en votos a sectores de derecha o en el caso argentino en “puteadores” seriales de cualquier iniciativa de gestión de algún gobierno popular.

Por eso cuando Lula fue puesto preso por el nefasto juez Moro, muchos de los “intelectuales” locales replicaron a coro que se trataba de un acto de justicia ante los populismos corruptos. De la misma manera actuaron contra CFK y ni que hablar si opinan sobre Venezuela. De esta manera justificaban la violación de la ley sin pudor.

Hace unos días en nuestro país declaró CFK y el discurso de odio visceral se vio reflejado en las distintas redes por sectores de derecha o derechizados, incluso por algunos profesionales del derecho, negando rotundamente la evidencia y encerrándose bajo el argumento de la condición de corrupta y apretada a la justicia por el gobierno actual.

De cualquier manera hubo un cambio en la prensa hegemónica en cuanto a la situación de la causa, que era la del dólar futuro. Hoy estos periodistas mercenarios comienzan a cambiar su discurso en una clara maniobra para justificar y evitar a futuro una denuncia por el tema de la deuda externa tomada por el gobierno anterior.

Por lo tanto y siguiendo lo que nos enseñó el General en conducción política, "El éxito no depende de la suerte, tampoco de la casualidad y no es un designio del destino. El éxito —dijo Napoleón— se construye, el éxito se realiza". Es decir que el éxito se concibe, se prepara, se organiza, se realiza y se explota, porque el éxito de los hombres está en los hombres mismos, está en su propia acción

“El empleo de la fuerza política no es un empleo mecánico, sino un empleo inteligente; no es una asignación arbitraria y discrecional, sino una dosificación perfecta de las fuerzas. No hay que poner ni un gramo de fuerza donde no es necesaria, para poder concentrar todo el peso de la acción en un momento y en un lugar. A ese lugar y a ese momento los llamaremos, en este método a aplicar, el centro de gravedad. “J.D.P, Si queremos tener éxito debemos pensar en cuál es hoy el centro de gravedad. En mi opinión, el centro de gravedad hoy es impulsar cambios en la justicia y presionar para que se investigue la inmoral deuda externa




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