24 de Marzo: la memoria, una responsabilidad de todos
Como en todos los ámbitos, la pandemia también modifica las conmemoraciones tanto públicas como privadas. En este caso, los Organismos de Derechos Humanos atendiendo a esta situación, vuelven a desestimar, como en el 2020, la realización de una marcha y convocan a “plantar memoria”, plantando árboles.
Me
parece de una significación muy profunda esta propuesta, lo que queda de
manifiesto en uno de los párrafos de su comunicado conjunto:” La
Memoria, al igual que la semilla, viene cargada de futuro. Contiene toda la
información genética para poder llegar a ser el árbol que late en su destino.
En tiempos de incendios, deforestación y cambio climático, invitamos a plantar
vida como un acto de memoria y futuro.”
Asumir
la “información genética” de esta conmemoración histórica nos toca muy de cerca
en tiempos en que la “deforestación” natural, ha llevado al otoño de la vida a
nuestras queridas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, incansables sembradoras de
memoria, verdad y justicia. Se han sostenido como quebrachos de nuestro norte
en su lucha, pero los años pasan y hay que plantar árboles nuevos , “plantar
vida como un acto de memoria y futuro” .
Algunos
de nosotros tuvimos la oportunidad de crecer escuchando las experiencias de
nuestros padres en sus luchas gremiales, sociales, políticas. En mi caso, esa
experiencia ancló mi memoria personal con la de mis antepasados y marcó un
rumbo en mi modo de estar en la vida. Luego como protagonista de aquellas
jornadas de los años 70, lo compartido existencialmente se convirtió en memoria
colectiva… Por eso me pregunto hoy ¿quiénes pasan la posta a los jóvenes para
quienes aquellos dolores e injusticias resultan lejanos y desconocidos?.
Sin
dudas que la titánica tarea de los Organismos de Derechos Humanos sigue
rindiendo frutos….Sin embargo creo que hay instituciones cuya responsabilidad
histórica es ineludible .Pienso en la escuela, concretamente. Y lamento
profundamente que el paro decretado en las escuelas públicas justamente los
días 23 y 25 de marzo, nos deje sin la ocasión de hacer memoria histórica para
formar ciudadanía comprometida.
Confío
en que haya docentes que, de todos modos, sean portadores de memoria, verdad y
justicia sin atarse al calendario. Y
confío también que como padres, como abuelas, este 24 de marzo nos
encontrará metiendo las manos en la tierra de la historia para plantar una
semilla, un retoño, un gajo, por pequeño que sea el espacio – la maceta, el
balcón, el cantero, la vereda – mientras conversamos amorosamente con nuestros
hijos, nuestros nietos acerca de esta conmemoración para que el “nunca más” sea
realidad “porque el recuerdo de cada compañerx detenidx desaparecidx trae
consigo el legado de lucha por un país más justo y solidario”
Mimi Lamotta
docente y militante
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